Comúnmente se puede escuchar a las personas decir que “un diseñador de sonido es el encargado de hacer los efectos de sonido de una película“. Sin embargo, diseñar un buen sonido va mucho más allá de añadir grandes explosiones, rugidos de criaturas fantásticas o la turbina de una nave espacial.
Esta concepción generalizada surge a partir de la percepción de que el cine es un medio completamente visual. Una película está compuesta por muchos elementos, cada uno con un rol importante dentro de la obra; y sorprendentemente, el sonido puede en muchas ocasiones ser más importante que la imagen en sí. Un buen diseñador de sonido es capaz de no sólo crear sonidos, sino también reflejar emociones, personificar un elemento clave de la historia, dar significado a una escena o generar todo tipo de sensaciones en la audiencia. Más que simplemente crear sonidos, él es responsable de narrar la historia valiéndose de material sonoro.
El diseño de sonido es una de las áreas más importantes en una producción audiovisual, la interacción entre audio y video debe complementarse de tal forma que el espectador logre involucrarse por completo en la situación y/o experiencia que tenemos por objetivo proporcionar. Consiste en la creación de todo el ambiente sonoro para un medio audiovisual ya sea cine, tv, web-streaming, y radio.
Películas clásicas como “Apocalypse Now” de Francis Ford Coppola, o “La Guerra de las Galaxias: Episodio IV” de George Lucas, tuvieron un mayor impacto gracias a los trabajos sonoros de Walter Murch y Ben Burtt respectivamente, ellos demostraron que el sonido no es únicamente una etapa final de la película donde se agregan efectos sonoros, sino que también puede narrar, personificar, generar emociones, retratar espacios, épocas, y crear toda una identidad sonora que perduraría por siempre.
Estos son claros ejemplos de lo que el sonido puede llegar a hacer en una película, más allá de agregar audio una imagen, crear sonidos extraños, o hacer más grandes las explosiones, en realidad se trata de narrar una historia, trabajo en equipo, saber cómo controlar tus ideas para satisfacer los gustos de un director que entienda lo que puede hacer con el sonido y así lograr generar emociones (de manera consciente o inconscientemente) en la audiencia.